Después de caer hasta 171.60 hace 15 días, el precio de Nueva York ha vuelto a subir, sobre la misma lína ascendente de antes de la helada en Brasil, tocando 187.35, antes de caer 3.80 centavos y cerrar en 182.75 el viernes pasado.
El mercado se sigue debatiendo entre las preocupaciones por la continuación de la pandemia y las consecuencias para la demanda de café a un lado, y el impacto combinado de sequía y helada en la producción de café en Brasil. Viendo el ascenso, parece dominar el segundo elemento, pero el viernes pesó más lo primero. El gráfico diario dio una señal de venta el viernes, pero el semanal sigue en señal de compra.
Hasta que no se cristaliza y se cuantifica el pronóstico para Brasil 2022/23, es imposible analizar hasta dónde el precio puede subir. Estamos en terreno desconocido y no nos da otra más que monitorear la noticias del mercado día con día. Donde se cortó el rally, 215 centavos, podría ser una meta para los fondos, pero no vienen con mucha fuerza.
Al contrario, el Commitment of Traders report del viernes muestra que los fondos han bajado su posición neta larga con 4,862 contratos a 28,952. Parecen más los comerciantes que han tomado las riendas para definir la dirección del precio esta vez. La reducción de su posición corta (-9,240 a 209,067 contratos) ha sido el doble de la de su posicón larga (-4,632 a 110,264 contratos), en otras palabras, las fijaciones de parte de los productores y los exportadores ha sido el doble de los tostadores, bajando la presión sobre el precio.
Es por primera vez en muchos años que se siente que la oferta y demanda física de café es más importante para la formación del precio a corto plazo que la especulación. Es más fácil de entender, pero no necesariamente más fácil de manejar.
Soportes: 171.6, 147.65, 141.5 y 124.5. Resistencias: 215.2, ¿?.
Crucial para la formación del precio en los próximos meses es cuantificar el daño que ha causado la helada de julio en Brasil y cuánto tiempo va a durar el impacto. El daño inmediato es estimado en 4-5 millones de sacos por la mayoría de las fuentes, 10% del potencial productivo. Esto puede aumentar si los productores deciden que no vale la pena tratar de recuperar sus plantíos para la próxima coseccha, sino mejor resembrarlos. Eso reduce más la producción en 2022/23 y se extiende a 2023/24 y más allá.
El impacto de la sequía en la producción es mayor, estimado preliminarmente en 8 millones de sacos, 20% del potencial productivo. Es una cifra preliminar, mucho dependerá de las lluvias y las floraciones a partir de septiembre. Hay que monitorear los acontecimientos en Brasil el mes que entra y estar atento a los pronósticos de cosecha, aunque va a ser hasta en diciembre-enero que va a haber más certeza.
Una reducción preliminar de 13 millones de sacos podría dejar la producción e3 Brasil en 2022/23 en menos de 50 millones de sacos, y eso en un año de cosecha alta. Conab no ha publicado todavía su reporte sobre los stock 2021 al 31 de marzo (siempre los estima muy bajo), pero Montesanto Tavares los estimá en 23.1 millones de sacos al 30 de abril. Esta cosecha se produce 50-55 millones de sacos, según las estimaciones, con los inventarios suficiente para statisfacer la demanda de 65-70 millones. Si la cosecha de ciclo alto 2022/23 termina en 50 millones de sacos o menos, va a estar apretado cubrir la demanda. Y luego sigue la cosecha 2023/24 de ciclo bajo, que puede resultar muy problemática.
A nivel mundial tenemos un superávit de varias cosechas y una reducción del consumo por la pandemia. Los inventarios en los países consumidores se estiman en unos 30 millones de sacos y a nivel mundial en más de 50 millones, 30% de la demanda mundial. Sin embargo, un déficit de 10-15 millones de sacos en Brasil durante 3 temporadas seguidas va a agotar las existencias. Si al mismo tiempo se recupera el consumo a nivel mundial del impacto de la pandemia, tenemos el escenario para una tempestad perfecta.
Los operadores de la bolsa no van a esperar hasta que se de una escasez, sino se van a anticipar. Es posible que en el transcurso de 2022 se va a comenzar a olfatear ese posible escenario, el precio puede comenzar a dispararse y esta vez por más tiempo.
Brasil ha exportado 2.8 millones de sacos en julio, 7% menos que en junio y 13% menos que en julio 2020. Vietnam ha exportado 2.4 millones de sacos en julio, 2% más que el año pasado y 13% más que en junio, pero, faltando 2 meses para cerrar la temporada, el acumulado está 14% debajo del año pasado con 21.2 millones de sacos. Esto se debe sobre todo a la falta de contenedores, que se espera va a prolongarse por meses, producto de los cambios en los flujos comerciales por la pandemia.
La bolsa de Londres desde julio se puso en modo de contango por los problemas de suministro con el robusta de Vietnam y Brasil. Normalmente las posiciones posteriores en la bolsa tienen un premio por los costos (almacenamiento, seguro, intereses; se llama normal backwardation), en un mercado en contango las primeras posiciones tienen un premio sobre las posteriores, en est caso porque hay una escasez inmediata, que se espera que desaparecerá más adelante.
Un mercado en contango es difícil de manejar, no se puede cubrir los costos para embarques posteriores y usar coberturas como se acostumbra y los operadores pueden sufrir importantes pérdidas. Lo que está pasando en Londres puede pasar también en Nueva York y afectar las operaciones comerciales de café arábigo.
También puede aumentar más el precio y generar problemas de liquidez en el comercio. Como mostramos en el blog del 1ro de agosto, precios muy altos duran poco tiempo, el comercio se paraliza en gran parte por falta de liquidez. Los bancos limitan las líneas de crédito y los compradores están a la espera a que baje el precio.
Un buen momento para adquirir nuevos conocimientos y sentir nuevas emociones en el manejo del mercado de café.
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