Lunes el precio de café en la bolsa de Nueva York hizo un brinco tremendo. Posición diciembre subió de 204.25 a 213.15, un aumento de 8.90 centavos. Llegamos cerca al alto de 217.85 del 26 de julio, después de las heladas en Brasil. Martes hubo una corrección y el precio cerró 4.5 centavos abajo en 208.65.
Esta vez todo los dedos no apuntaron a Brasil, sino a Colombia. La agencia de prensa Reuters llegó con la noticia que los productores están incumpliendo contratos (default) por 1 millón de sacos. Noticia realmente no es, esta información estaba circulando desde hace varias semanas, pero si lo publica Reuters, todo el mundo le pone atención.
El mercado ya estaba en alza con aumentos del precio durante 4 días consecutivos para un total de 13 centavos y los especuladores con el dedo en el gatillo. El artículo de Reuters los hizo disparar a todos. Si el precio va a seguir subiendo está por verse, la situación en el mercado no ha cambiado y los especuladores se habrán dado cuenta que se tragaron una noticia reciclada. Va a ser difícil romper la barrera psicológica de 220, porque con estos precios el comercio de café físico se queda sin liquidez, pero Nagual en Coffee Traders Forum proyecta un precio a 230 centavos.
El precio de robusta en Londres no sigue el rally de Nueva York, porque se espera una buena cosecha en Vietnam y Brasil (conilón), pero la bolsa de Londres sigue en contango (invertido) por los problemas de transporte. Vietnam y Brasil representan con 50 millones de sacos 50% de la producción mundial de robusta, Indonesia es el número 3 con 10 millones.
Soportes: 195.25 (eje), 191.3 (tendencia), 182, 178.1 y 174.5. Resistencias: 210, 215, 217.85 y 220.
El Commitment of Traders report muestra que en la quincena a martes 5 de octubre los fondos han aumentado su posición neta larga con 7,796 contratos a 43,940. Seguramente han agregado mas largos después del martes.
Hemos señalado en ocasiones anteriores el fuerte aumento de los costos de transporte marítimo debido a la escasez de contenedores en diferentes partes del mundo, que también afecta las exportaciones de café. El Drewry World Container Index subió de 1,500-2,000 dólares antes de COVID-19 a más de 10 mil dólares actualmente.
A esto se agrega ahora la explosión de los precios de las materias primas, porque la economía mundial se está recuperando de la crisis generada por COVID-19 más rápido de lo esperado. Lo que más se destaca e impacta es el aumento de los precios de energía, en buena parte por la escasez de gas natural, en un momento en que el mundo está entrando en la transición energética, cambiando de combustibles fósiles a fuentes alternativas, para reducir la emisión de dióxido de carbono.
Ya hemos mencionado en el blog del 27 de septiembre que el impacto del aumento del costo de energía está afectando al público en general y a las empresas por igual, sobre todo las que consumen mucha energía: empresas de aluminio están cerrando sus fábricas, invernaderos ven triplicar sus costos, pero tienen contratos fijos con los supermercados, panaderos que tienen que aumentar el precio del pan para pagar el gas para sus hornos y gente pobre que tiene que escoger entre comer y prender la calefacción en invierno. El incremento de los costos de transporte impacta a todos los sectores económicos. Productores de café ven esfumar el aumento del precio del aromático por el incremento del costo de insumos como los fertilizantes.
Los consumidores poco están aprovechando la recuperación del auge económico y más bién están perdiendo por el incremento de la inflación. Como todo esto va a impactar en el consumo de café no se sabe todavía. La esperanza es recuperar el nivel de 2019 el año entrante, después de 2 años de de baja, que costaron un estimado 12 millones de sacos en la demanda. Hasta 2020 el consumo mundial de café estaba creciendo 2.2% en promedio por año. Si hubiera continuado a ese ritmo en 2020 y 2021, estaríamos consumiendo en 2022 179 millones de sacos, en vez de los 165 millones que se pronostica ahora.
El aumento de la producción en los últimos 10 años ha sido un promedio de 0.4% anual, menos que el consumo y con fuertes fluctuaciones de una cosecha a otra. Si estos ritmos se mantienen en los próximos años, vamos a pasar de una sobre oferta estructural a un déficit, con un panorama del precio muy diferente.
Los tostadores han estado al margen, esperando que se baje el precio de café y el costo de transporte, pero con la época de invierno de mayor consumo acercándose, comienzan a preocuparse por el suministro. Se nota en la posición de los comerciantes en la bolsa de Nueva York, que han estado fijando café (más de 1,800 contratos) y los inventarios certificados de Nueva York han bajado de 2.2 millones de sacos en junio a 1.9 millones de ahora; también los de origen brasileño, que había crecido de 0 hasta 55% del total. Los inventarios certificados de Londres han bajado de 2.6 millones en mayo a 2 millones actualmente. Los inventarios totales en los países consumidores se estima en 27 millones a julio, una baja de 2 millones comparado con julio 2020. Hay bastante café en bodega, pero los stocks están bajando, lo que da sostento a los precios de café.
Brasil ha entrado a la época de floración, pero las noticias y las fotos y videos de buenas floraciones se alternan con las del impacto profundo de las heladas de julio y los daños irreversibles por la sequía (8 hasta 20 millones de sacos). Difícil hacer el balance. La estimación de esta cosecha es de un promedio de 52.5 millones de sacos, 15 millones menos que la cosecha pasada. Si efectivamente la producción 2022/23 va a quedar ern unos 50 millones de sacos, como algunos analistas están pronosticando, van a haber problemas. Brasil consume 23 millones de sacos y ha estado exportando 40-45 millones en los últimos años, una demanda de 63-68 millones por año. Una oferta de 100-110 millones en 2 años contra una demanda de 125-135 millones, con inventarios bajos, significa una tremenda escasez, que va a mandar el precio de café por las nubes. Esperemos hasta enero, cuando habrán más elementos para un buen pronóstico.
Al otro lado, se habla de que los productores en Brasil están estableciendo viveros para 400 mil hectáreas, anticipándose a un aumento del consumo. Brasil produce actualmente 50-70 millones de sacos en 1.9 millones de hectáreas (contra un promedio de 27 millones de sacos en 4.4 millones de hectáreas al inicio de los años sesenta), 35-40% de la producción mundial. Si aumenta el área con 400 mil hectáreas, la producción de café en Brasil aumentará a entre 73 y 85 millones de sacos en los próximos años, 50% de la producción y del consumo mundial. Eso pondrá en serios problemas a los productores que se quedan atrás con invertir en aumentar la productividad y bajar los costos. Un factor de riesgo para esta estrategia es el clima, como estamos viendo en los últimos años. Brasil no ha tenido una lluvia normal desde 2011, pero muchas sequías.
Colombia: Por primera vez en la historia la Federación Nacional de Cafeteros no puede dar cifras completas de una cosecha, faltan los datos de producción de mayo y junio. En los últimos años un creciente número de productores ha aprovechado la oportunidad de vender café a futuro. Generalmente les ha ido bien, mejorando el precio de venta, pero este año el precio se disparó, lo que nadie había previsto, y muchos productores se niegan a cumplir su contrato y entregar el café al precio convenido.
Se habla de un default de 1 millón de sacos (sobre un total de 12.6 millones de sacos exportados en las últimas 2 cosechas). La Federación ha lanzado una campaña para convencer a los productores de entregar su café, bajo el nombre de “Yo cumplo”, por lo pronto sin el éxito deseado. No es solo FNC que está enfrentando este problema, todos los principales exportadores están en la misma situación. No se confían que los productores más adelante van a entregar su café, necesitan cumplir sus contratos con compradores en el exterior, no quieren perder su mercado y no quieren aumentar las pérdidas áun más con extender las coberturas hasta que los productores entreguen el café. Las empresas estarían enfrentando una pérdida de 8-10 millones de dólares cada uno, pero la pérdida de FNC es mayor.
Las pérdidas se dan, porque los exportadores vendieron contratos en la bolsa a un precio más barato, que tienen que comprar a un precio mucho más alto ahora. Normalmente se compensa con la compra en físico al precio preestablecido, pero por el default no lo pueden hacer. Los exportadores están escaneando el mercado local para conseguir café y poder cumplir con sus compromisos, lo que hace disparar el precio local aún más. En este momento el precio de referencia de FNC es casi 1.9 millones de pesos por carga de pergamino de 125 kg, equivalente a 198 centavos de café verde, pero los exportadores pagan más.
Honduras terminó la cosecha 2020/21 con un total de 6.3 millones de sacos exportados, contra 5.5 millones en 2019/20, La meta de 6.5 millones no se alcanzó por la sequía y 2 huracanes que azotaron el país. IHCAFE espera otro aumento de 14% en 2021/22.
Guatemala aumentó 10% las exportaciones hasta 3.4 millones de sacos a agosto. Falta contabilizar septiembre. Perú habría perdido 10% de la cosecha por falta de mano de obra. Esto coincide con la reduccion de las exportaciones en los primeros ocho meses del año en 10% a 1.3 millones de sacos. Influye también la falta de contenedores para la exportación y puede ser que más adelante va a salir más café, porque la mayor parte se maneja en pergamino seco que los productores pueden guardar, expeculando sobre un precio aún mayor.
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