Los principios del Comercio justo se basan en los códigos de derechos humanos internacionalmente aceptados, siendo uno de estos principios el de promover unas formas de producción social, económica y ambientalmente más sostenibles e inclusivas, así como respetuosas con los derechos de las personas, incluyendo los derechos laborales internacionales que promueven el trabajo decente.
Los estándares laborales de Fairtrade se basan en los cuatro derechos y principios fundamentales del trabajo reconocidos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT):
Dentro de los esquemas productivos de comercio justo, la participación de los niños y niñas en la economía familiar esta permitida y fomentada siempre y cuando no interfiera con la educación, los tiempos del estudio, el ocio y descanso; y siempre y cuando las tareas que se realicen sean ligeras, no peligrosas, estén supervisadas por familiares adultos y no perjudiquen su desarrollo y bienestar.